una vida plena

Para los amantes de los ambientes naturales, dónde es posible observar aves de tamaños y colores increíbles y animales de todo porte, El Rey es un territorio verde poblado por tapires, corzuelas y chuñas de patas rojas que se esconden entre las talas, cedros y tipas en flor.

Aquí no existe la palabra "extinción", porque aún las especies con contados ejemplares en el planeta, gozan en el Parque Nacional El Rey de una vida plena, ajenas a los riesgos y a las cuentas regresivas planteadas por el hombre. El suelo del parque acumula una gran cantidad de energía en forma de mantillo, que posibilita una alta captación de agua.

Por la descomposición de materia orgánica, los suelos de los bosques son ácidos generando una gran oferta alimentaria que da auge a la cadena natural de alimentación que pasa por peces, anfibios, reptiles y que termina en los grandes predadores como son las aves rapaces y los felinos. Flora y fauna en el Parque El Rey interaccionan para existir.


Aves como la pava del monte (Penelope obscura) y la charata (Ortalis canicollis) se alimentan de los frutos de árboles y arbustos como la tala (Celtis tala), chalchal (Allophilus edulis), chalchal de gallina (Vassobia breviflora), tusca (Acacia aromo), nogal (Juglans australis), espina corona (Gleditsia amorphoides), entre otros.

Un ave sumamente interesante de este parque es la chuña de patas rojas (Cariama cristata) que es fácil de observar en las cercanías de la Intendencia del parque y de la Hostería, ya que construye su enorme nido de aproximadamente un metro de diámetro, en los árboles de mayor porte de esa área.

Es una veloz corredora que se alimenta de insectos, anfibios, caracoles y pequeños reptiles. De los mamíferos que habitan este enorme territorio protegido, se destaca la corzuela parda (Mazama gouazoubira) que es el único cérvido presente en este parque nacional.

El simpático animal se alimenta de hierbas y brotes tiernos y a su vez, en la cadena alimentaria natural, es la presa de los impresionantes pumas, ocelotes y zorros que también forman parte de la fauna de El Rey.

A las corzuelas pardas se las suele ver mientras forrajean en las zonas cercanas a la Hostería del parque. Son animales que habitan los bosques y áreas abiertas. También entre los mamíferos "ilustres" de la reserva está el tapir (Tapirus terrestris), un animal considerado en vías de extinción, que posee hábitos acuáticos que practica en las lagunas y en los ríos de la selva. Actúa de noche y busca para alimentarse hierbas y gramíneas, calificado como un excelente diseminador de las semillas.

El tapir puede ser predado por los pumas, sobre todo las crías que a modo de protección presentan manchas blancas que les permiten mimetizarse perfectamente con la vegetación cuando la luz penetra formando puntos en el denso follaje.

Entre otras especies amenazadas, encuentran seguro refugio en el parque el mono caí (Cebus apella) y el pecarí labiado (Tayassu pecarí).

De los predadores, el puma (Puma concolor) es el que se ubica en el extremo de la cadena alimentaria. Este imponente animal caza para alimentarse, a pequeños mamíferos y aves. Necesita para desplazarse y vivir, amplios territorios como la selva y los bosques chaqueños. El paisaje animal se completa con una extensa variedad de peces que pueden observarse como a través de un cristal, en las aguas transparentes del río Popayán.

hallazgo de especies en la Antártida


Hallazgo de especies en la Antártida 700 nuevas criaturas marinas
AFPUn isópodo Ceratoserolis, una de las 585 nuevas especies de crutáceos descubiertas en el mar de Weddell, en la Antártida.

LONDRES - Tres expediciones realizadas entre 2002 y 2005 fueron necesarias para que un equipo internacional de científicos descubriera 700 nuevas especies marinas, includidas 585 nuevas especies de crustáceos, en el mar de Weddell, un tesoro de vida marina surgido de las profundidades antárticas.Esponjas carnívoras, gusanos, crustáceos y moluscos fueron hallados en las oscuridades existentes a profundidades de entre 774 y 6.348 metros en un mar hasta ahora escasamente estudiado, descubrimiento que desafía las anteriores suposiciones acerca de la poca diversidad marina que podían albergar estas heladas y hostiles aguas del sur.
Aguas profundas y gélidas

AFPUn Ctenocidaris, otro nuevo crustáceo hallado en la expedición alemana.Publicado por la revista científica británica "Nature", un artículo recoge todos los hallazgos efectuados desde el buque alemán Polarstern, mientras recorría el mar de Weddell, una zona de aguas profundas situada al noroeste del continente antártico.Los investigadores, dirigidos por la científica Angelika Brandt, del Instituto Zoológico de la Universidad de Hamburgo, en Alemania, encontraron más de 700 nuevas especies de criaturas marinas.Redes, aparejos de muestreo y equipos de imagen en diferentes planes del mar fueron necesarios para rastrear tanto la ladera como la llanura de la plataforma continental submarina, así como los estrechos canales del mar de Weddell y sus proximidades.


Entre las más de mil especies que recuperaron de sus profundidades, figuran 674 especies de isópodos, una de los grandes órdenes de crustáceos, el 80 por ciento de los cuales no se conocían hasta ahora.Asimismo se rescataron más de 200 especies de gusanos de Polychaete, de los que 81 eran desconocidos, además de 76 esponjas, 17 de ellas nuevas."Extraordinario tesoro oculto""Lo que una vez se pensó que era un abismo monótono es en realidad un entorno dinámico, variable y rico biológicamente", destacó la bióloga marina Katrin Linse, una de las autoras del informe."Encontrar este extraordinario tesoro oculto de vida marina es el primer paso para entender las complejas relaciones entre las profundidades del océano y la distribución de la biodiversidad marina", agregó la científica.


La investigación forma parte del proyecto Andeep, responsable del primer estudio exhaustivo acerca de los animales que habitan el Océano Glacial Antártico.Según Brandt, el proyecto nació para explorar la extensa área de este océano sureño, que nunca antes había sido investigado."Pensamos que quizás encontraríamos algunas especies nuevas, pero las investigaciones anteriores indicaban que la diversidad de estas aguas profundas del sur sería pobre, por lo que fue una sorpresa encontrar toda esta variedad de ejemplares", añadió la científica.Los descubrimientos pueden contribuir a vislumbrar la evolución de la vida marina de esta región del océano austral, que recibe el nombre del ballenero británico James Weddell, que en 1823 se atribuyó el hallazgo de esas aguas.



EFE17 de Mayo de 2007
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